10 Quizas sea extraña...

Siempre he sabido que soy diferente.

Desde que en el colegio me sentaban siempre al final por ser tan alta, o cuando me querían cobrar pasaje de adulto cuando recién cursaba el tercero de secundaria.

Cuando mi padrino me compraba lindos vestidos rosas y verdes, y mi padre me compraba pantalones multicolores teniendo como única la frase que se repetiría en adelante: “Tú no eres como el resto de gente, tú eres diferente”



Debo admitir que me sentí normal los años que mi padre no estuvo conmigo. Pero en esos años si que cometí errores… en mi afán de ser “moderna” me auto infringí perforándome mi pequeña oreja derecha seis veces, marcas que nunca podrán borrarse aunque lo haya intentado.

Menos mal que no me alcanzó mis propinas adolescentes para hacerme el bendito tatuaje en medio de la frente con el ying yang que tanto quería… marcada de por vida, uy! Gracias Alan por la recesión del ochenta!

Después de mi accidente automovilístico (creo que nunca lo conté, será motivo para otro post) el fuerte golpe en la cabeza movió mi materia gris y cambio algunos rasgos de mi personalidad ya rayada de por sí.

De la nada lloro, ya sé… soy mujer, sensiblera, encima piscis! Uy! Estas condenada a ser llorona! Para nada, antes no lo hacía, ahora solamente de ver a la hijita de Jackson casi me pongo a llorar, o leyendo un libro, o hasta escribiendo en el otro post, soy la lagrima caminante… cuidado que te mojo!

Sé que sonara estúpido ya, pero no huelo… firme! No siento olores, salvo sean bastante fuertes. Ya! No me creen! Un día que cociné chaufa y me sobro bastante, me lo almorcé al día siguiente, cuando mi madre va a visitarme al depa me dice “oe Li que huele tan mal eh?” Nada vieja, sírvete un poco de chaufa… “poof! Esto está podrido Lisett! Acaso no lo sientes?” PLOP! Ese día acabé en emergencias (otra vez) todo el chaufa malogrado me estaba haciendo efecto… es por eso que hay veta de chaufa en mi casa (sigamos esperando la refri ML, ya te dije… el matrimonio es para los regalos… ves? Y tú que no le veías sentido…)

Lo peor es respecto a Lex, cuando era chiquitita su madrina iba a verla hasta tres veces por día, y siempre la llamada de atención “Lisett! Esta bebe esta empapadita! Que no sientes?” Ups! No! No podía (y no puedo) oler cuando mi hija se hizo la puff, solamente lo veo cuando una colita de chancho le sale de la parte posterior de su pantalón, pero uy! Me he llevado tantas llamadas de atención que pa ´ que les cuento!

Ya, esto no me lo creen… no puedo sentir! (aguanta tu coche… eso sí, hablo del sentido del gusto….) si no lo creen pregúntenle al ML que es el que paga los platos rotos comiendo mi comida todos los días. Lo que para mi está bien de sal, para él (y para todos) esta saladísimo, lo mismo pasa con el azúcar, los condimentos y hasta con la leche de Lex : “mamá!!! Che calente che calente!!!!” pobre mi hijita… pobre mi marido…

Ah! Pero lo que no saben es que tengo superpoderes! (ves esa no te la sabias!)

Puedo escuchar conversaciones a lo leeeejos (para nada chismosa) es decir que si agudizo mi oído, fácil escucho las pisadas de mi madre que esta camino a mi casa (les conté que nos volvimos a mudar a solamente una cuadra de la casa de mi mamá y de mi padrino?) puedo sentir cuando la Lex se está moviendo en su cuna cuando está dormida (y eso que tengo a todo volumen la radio y encima estoy cocinando) Puedo “sentir” que alguien va a tocar mi puerta antes de que siquiera se acerquen a la vereda… ahh!
Ven! Hasta puedo sentir cuando alguien me va a llamar al celular… y todavía quien podrá ser…. Ah!! Viste!! No, no tiene nada que ver que a cada uno le haya puesto un sonido personalizado… no! Para nada.

Otra cualidad superpoderosa saben cual es? Me acuerdo de todo…. Jojo!! Mala suerte ML!... resulta de autos, vistos y considerando! Que me acuerdo de cada una de las canciones que he escuchado desde que comencé con mi vicio musical de coleccionar casettes y cds, la letra, la tonada y todo eso… tengo frescos mis recuerdos desde que mi padrino me llevo en sus hombros a mi primer jardín de niños al año y medio…. Hasta recuerdo como estaba vestida. Recuerdo todas y cada una de las palabras del ML cuando me enamoraba (esas que no se repiten después de vivir cuatro años juntos) hasta recuerdo cómo iba su cabello y la ropa que usaba en cada salida que hacíamos. Recuerdo cada viaje a Huánuco, a Huaraz…. Aunque admito que hay cosas que debo olvidar por salud mental que por otra cosa… pero también lo curioso es que cuando hay un episodio en mi vida en el que sufrí mucho (chúpate esa Zorrillo Plateado!) mi disco duro solamente recuerda los momentos bonitos, y borra las cosas bochornosas y truculentas que pudieron haber pasado (bueno las que no me convienen)

Pero este “don” tiene su contraparte, las cosas que debo saber supuestamente como abogada se me olvidan en one… pucha! No saben como sufrí cuando sustenté mi expediente de divorcio! Por Dios! En momentos de crisis me puedo olvidar de hasta como me llamo… pero en otros de tensión como por ejemplo este caso de Abencia Meza donde toda la familia esta sentada viendo cada movimiento polici/judicial y de pronto a uno de ellos se le ocurre voltear y preguntar “Lisett y tú que opinas sobre todo esto, esta bien motivado el Auto Apertorio de Instrucción? O consideras que el Fiscal no sopesó adecuadamente los antecedentes criminales de ambos implicados?” y todos te quedan mirando como diciendo “a ver mamaceeta! Haz valer todos los siete años que pasaste en la universidad” allí sí se me sale el indío y comienzo con términos tan complicados como el homicidio calificado o el asesinato a sueldo y la penalidad que tiene un autor intelectual y un autor material, que implicancia tiene el móvil en toda esta situación y lo que detesto a Tudela por no saber absolutamente nada de lo que está hablando… hasta yo misma me sorprendo de lo que me acuerdo, ya que nunca pero nunca me gustó derecho penal, desde que estuve practicando en el 29° Juzgado Penal de Lima y tuve que tomarle una referencial a una niña de seis años por un delito de violación sexual en su contra… no, dije, eso no es lo mío.

Creo que todos estos superpoderes son mera invenciòn de mi mente voluble y sumamente influenciable o quizá que la materia gris removida que se moldea a lo que estoy leyendo… ya sé… debo de dejar de leer Crepúsculo y todo lo que le sigue… pero es que si me meto a leer nuevamente a Harry Potter me alucinaré bruja y de eso es difícil zafarse… creo que volveré a leer “cumbres borrascosas” a ver que don nuevo me sale esta vez…